¿Por qué no hay kiosco en el Colegio Integral Caballito?



¿Por qué no hay kiosco en el Colegio Integral Caballito?

Es una pregunta que suelen hacer nuestros alumnos y sus familias.
Es sabido que la escuela es un ámbito importante para la adquisición de hábitos alimentarios que ayudan a un estilo de vida saludable.
La no inclusión de un kiosco, cantina, bufete y cualquier otro punto de comercialización dentro de nuestro establecimiento se apoya y resulta coherente con  las prácticas propuestas en nuestro proyecto de Educación para la Salud.
Consideramos que los kioscos tradicionales no propician la alimentación saludable, variada y segura que los niños, niñas y adolescentes en edad escolar deberían seguir. Por el contrario, creemos que los alimentos que habitualmente se comercializan en los kioscos fomentan malos hábitos alimentarios, los que, junto con el sedentarismo, constituyen un factor de riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles como la Diabetes, la Obesidad y la Hipertensión.
En este marco, les proponemos a las familias (quienes deciden qué les envían a sus hijos para que consuman durante los recreos), que consideren ampliar la inclusión de aquellos alimentos o bebidas que aporten nutrientes y que favorezcan el normal crecimiento y desarrollo de sus hijos.
  • Para tener en cuenta:
La porción individual de un producto industrializado debería contener un máximo de 200 Kcal.

·   Recomendamos incluir:
  • Barras de cereal.
  • Galletitas que contengan cereales integrales, frutas secas. Dulces y saladas.
  • Alfajores a base de galleta de arroz.
  • Frutos secos (almendras, maníes, nueces, avellanas, castañas), sin sal agregada.
  • Leches, chocolatadas o jugos de fruta naturales —100% frutas—, sin edulcorantes artificiales.
  • Frutas deshidratadas como ciruelas, bananas, higos, pasas, entre otras.
  • Semillas de girasol o calabaza, sin sal agregada. Se pueden combinar con frutas deshidratadas.
  • Cereales inflados (trigo, maíz, arroz, avena, amaranto). Se pueden combinar con frutas deshidratadas.
  • Frutas frescas, limpias.

 La estrategia de prevención está dirigida a ampliar la variedad de alimentos y a regular su cantidad. El objetivo es generar cambios responsables y significativos en la conducta alimentaria de los niños, niñas y adolescentes, a largo plazo.