A
partir de ese estímulo[1]
los chicos de sala de cuatro reflexionaron sobre el concepto la Paz.
Para
trabajar un concepto abstracto como lo es la Paz fue necesario formular algunas
preguntas:
¿Cuándo
sentís paz? ¿Por qué? ¿Qué sentís cuando estás en paz? ¿Qué hace una persona
pacífica?
Otra
manera de abordar el concepto fue a través de las manifestaciones artísticas,
trabajando sobre “La Paloma de la Paz”, de Pablo Picasso y “Aves esparciendo la
paz por el planeta”, “Entre guerra y paz”
de Marc Chagall, así pudieron observar como esos artistas representaron la Paz.
Ese
fue el disparador para comenzar a trabajar entre todos: Si la paz fuese un
color, ¿cuál sería?, ¿qué colores
tendría? Cómo sería su textura ¿suave, rugosa, áspera? ¿Cuál sería su tamaño?
¿Sería una cosa, una persona o un animal?, ¿Qué partes del cuerpo tendría y
para qué?
Así
nació Paz, un marote con pelos multicolores, Paz usa colores cálidos, tiene
manos suaves, y lleva consigo todas las palabras que a los niños les dan paz y
tranquilidad como besos, abrazos, sonrisas y juego.
El
juego, eslabón fundamental para el desarrollo: ¡Presente!
[1] Los chicos de sala de cuatro trabajaron con las fotografías: “Nenes
jugando en la calle”, “Jugando con juguetes hechos con basura” y “Sonriendo
porque están jugando”.