Jugar es disfrutar. Donde no importa tanto el resultado, sino la
acción. Jugar es prescindir de los límites de la realidad. Es fantasía. Jugar
es ser protagonista de una situación imaginaria. Es comunicarse. Es expresar y
recibir afecto. Es el lenguaje fundamental de los niños.
En el #nivelinicialdelCIC
el aprendizaje es a través del juego.
Para crecer es necesario jugar.
El juego ayuda a expandir las habilidades mentales, sociales y corporales.
Es el medio natural de expresión de sentimientos. Es espontáneo y placentero.
El juego es el trampolín de salto que prepara a los niños para el trabajo escolar y para
alcanzar nuevas capacidades.
Un interesante enfoque sobre la importancia del juego en infancia fue abordado por el psicomotricista argentino Daniel Calmels:
El juego restituye al niño la conciencia de su valentía y lo
provee de elementos y conocimientos para enfrentar los temores; el mundo resulta
así un lugar menos amenazante. Los juegos
corporales estimulan y actualizan los miedos básicos otorgando en el mismo acto
las herramientas para elaborarlos. En el juego se despliegan tanto sentimientos
de amor como de hostilidad, sentimientos caóticos y ambivalentes. Al jugar no
sólo se ordenan internamente estos sentimientos difícilmente aceptados como
propios, también se exhiben y se muestran ante los principales espectadores: los
adultos —en especial los propios padres—. El éxito de este mecanismo
residirá en gran parte en que los adultos acepten el despliegue de esas escenas
de juego como válidas e importantes, no desdiciendo, no negando la ilusión
representada, no contaminándola con tiznes de realidad.
El 27 de septiembre es el día
del derecho del niño a jugar.
En el
#nivelinicialdelCIC dedicaremos esa semana a la creación de espacios lúdicos.
Transformaremos cada sala en un lugar en el que los niños, acompañados por las
maestras, podrán hacer volar su
creatividad e imaginación.